En Twitch, experimenté el modelo de comunicación participativo e interactivo descrito por Aparici & Silva (2012). La plataforma permite una comunicación dinámica y bidireccional entre los streamers y los espectadores. Durante las transmisiones en vivo, los usuarios pueden participar activamente a través del chat, donde no solo interactúan entre sí, sino que también influyen directamente en el contenido del stream. Los espectadores pueden hacer preguntas, sugerir ideas para el contenido, o incluso votar en encuestas realizadas por el streamer. Esto crea una interacción constante que va más allá de la simple observación pasiva. De esta forma, Twitch refleja el modelo “todos-todos”, donde tanto los creadores como los espectadores contribuyen y construyen el contenido de manera colectiva. Los streams no son estáticos; son el resultado de la colaboración y el intercambio constante entre todos los participantes, enriqueciendo la experiencia de forma continua.
