Uno de los principales beneficios del uso de la IA en el ámbito académico es el ahorro de tiempo y la mejora en la estructuración de ideas. Herramientas como ChatGPT pueden ayudar a organizar un ensayo, generar borradores rápidos, o sugerir argumentos a desarrollar. Esto es especialmente útil cuando se está enfrentando un bloqueo creativo o se necesita una guía inicial para comenzar. He utilizado esta herramienta tanto de manera académica como personal con dudas incluso cotidianas.
Sin embargo, también hay limitaciones importantes. Una de las más significativas que he experimentado es la falta de originalidad en algunos textos generados. La IA tiende a ofrecer respuestas genéricas o repetitivas si no se le dan instrucciones específicas, lo que puede afectar la profundidad del trabajo y su carácter personal.
Mi experiencia con herramientas de IA generativa ha sido positiva en general, pero me ha hecho más consciente de la importancia de mantener un equilibrio entre asistencia tecnológica y pensamiento crítico propio. La IA no reemplaza el análisis académico, sino que debe usarse como una herramienta de apoyo, no como un sustituto del esfuerzo intelectual.