¡Esta es una revisión vieja del documento!
Uno de los retos online que recuerdo fue el Bottle Flip Challenge, se volvió viral alrededor de 2016, y consistía en lanzar una botella con una cantidad exacta de agua para que girara en el aire y aterrizara parada. Aunque parecía una tontería, se transformó en un fenómeno social entre amigos, en redes y hasta en los colegios. Era un juego simple, pero que fue atractivo en su momento porque las personas fueron agregando diferentes grados de dificultad como por ejemplo, las distancias desde las cuales lanzabas la botella o las superficies donde tenía que caer como lo fueron en su momento las escaleras, barandas, pasamanos, sillas, estantes, repisas altas, ventanas, marcos de puertas o incluso sobre otra botella. Grabarse logrando el truco perfecto, compartirlo y recibir reacciones, le daba valor dentro del mundo digital. Era un tipo de “score” simbólico que fue difundido por muchas personas incluidas celebridades. Dentro de los dilemas éticos considero que el único presente era la privacidad de quienes subían los videos a las redes, ya que los usuarios con mayor visualizaciones en ocasiones revelaban lugares que frecuentan como sus casas o colegios.
